jueves, 12 de julio de 2012

El hombre y la naturaleza en los cuentos de Horacio Quiroga

Aporte: Profesora Inés Punschke

    En la obra de Horacio Quiroga existen muchos temas interesantes; “El Hombre y la Naturaleza” en sus cuentos, es uno de los más totalizadores y además es muestra de los gustos, ideas y experiencias del autor.
    El narrador da vida a un mundo y a sus personajes, no obstante la grandeza de toda esa ficción existe si ellos son verdaderamente libres.
En algunos de sus cuentos el hombre, es el centro de la acción mientras que en otros parece ser un personaje secundario, débil ante la magnitud que lo rodea, ante los peligros que lo asechan, como una parte más de lo creado.
    Podemos ver en varias de las narraciones el tremendo desamparo de este ser, perdido en inmensidades misteriosas de la selva, llena de peligros desconocidos. Allí encontramos seres agobiados por el peso de sus historias; personajes que quieren rehacer su vida, ocultarse otros, o simplemente vivir en este medio y algunos misteriosos que trabajan unos días y luego desaparecen en silencio, como si la selva se los hubiese tragado.
    Tipos exóticos, arrastrados desde todos los climas, además de los naturales y vecinos, como argentinos, brasileños y paraguayos. Verdadero conjunto de razas y lenguas; pero todos se entienden y llegan a ser buenos amigos,  hasta fieles colaboradores, unidos muchas veces por la fatalidad o por la desgracia.
    También se encuentran seres fantásticos, imaginativos, inventores y optimistas junto a borrachos empedernidos  que ruedan de boliche en boliche, como lo dice el propio autor en “Los desterrados”,”tipos pintorescos”.
    Así desfilan, dibujados en firmes trazos, ricos de expresión, inolvidables para los lectores.
Lo que no muestra el narrador son las emociones. El hombre lucha, se desespera, imagina, pero nunca aparecen sentimientos demasiado marcados o al menos el autor disimula su expresión.
No son estos personajes, lo que llamaríamos triunfadores por eso generalmente desaparecen absorbidos por un destino inexorable; víctimas de poderes naturales.
Ellos marchan a la deriva, fracasando terriblemente ante el juego de las fuerzas implacables.


    La naturaleza presentada por Horacio Quiroga es excepcional, misteriosa, traicionera, llena de peligros y de asechanzas desconocidas; áspera y primitiva; rugiente e inhospitalaria.
    El autor la describe de tal manera que se muestra a sí mismo dentro de ella. Estas descripciones son precisas, concretas, permiten tener una visión casi exacta de la naturaleza atrapante, haciendo al lector partícipe y  recibiendo así sus verdaderas impresiones.
    El paisaje tropical de Misiones aparece en 1917 en la obra de Quiroga, en “Cuentos de amor de locura y de muerte” (aunque algunos de los cuentos que la componen, ya habían aparecidos publicados en revistas).
     Él se muestra en un principio, encantado y aterrado por aquel mundo virgen y poderoso. De aquí sacó el elemento vivo que se contenía en él, hombres y animales para penetrar a fondo en el alma de unos y entrever también en el interior de los otros.
     Se adivina a través de sus narraciones el tremendo desamparo del hombre; son muchos los tipos que aparecen y desaparecen sin que se sepa nada más de ellos, como si la selva se los tragase.
Los elementos que se encuentran en mayor número en sus cuentos son: el sol, el río Paraná, la selva inmensa, las alimañas, y especialmente las víboras.
     Esto posibilita la creación de fábulas, donde vemos que el autor conoce muy bien las características de los animales de la región. Uno de los más trabajados, admirados y a la vez temidos son las víboras y dentro de ellas más especialmente las venenosas; porque ellas son una amenaza permanente para la existencia del hombre y de los animales domésticos.
      En otras ocasiones la selva es el lugar hostil donde la voluntad humana se pone a prueba o donde  se puede observar al ser humano destruyéndola. No es solo el hombre, rudo habitante de esta jungla tropical, sino la naturaleza misma; bestias y plantas entregan sus características. El autor revela a la vez: al ser primitivo, al peón de los obrajes, como a la vida elemental y enigmática de las serpientes y de las hormigas; el alma feroz del capataz, de esas factorías extractivas como al sueño sensitivo de la flor crecida en las humedades o la semiconciencia del perro que está casi en el umbral de lo humano.
      Hay una identificación de Quiroga con el personaje y el paisaje propio de la selva, debido a su filosofía de vida se puede decir que proyecta su idealismo en ella; a veces hasta se puede observar un equilibrio entre selva y hombre.
     El cuentista se incorpora a lo tremendo, grandioso, a lo que subyuga pero también a lo que duele y no tiene solución porque simplemente es así.
    Hay como una entrega mutua entre el hombre y lo salvaje; son hermanos en el destino de libertad y los efectos que trasmite son verdaderamente grandes y profundos.





PARTIENDO DE LO EXPRESADO ANTERIORMENTE
 E PROPONE APLICARLO EN LAS SIGUIENTES FORMAS:

1- VISIÓN EXTERNA Y CREACIÓN OBJETIVA EN: “A La Deriva”, “Los Mensú”, “La Insolación” y “La Miel Silvestre”

2- LA INCORPORACIÓN DE LA NATURALEZA AL MUNDO LITERARIO EN: “El Salvaje” y “Anaconda”

3- EL ARTISTA DENTRO DE LA OBRA Y EL USO Y TRANSFORMACIÓN DE LA NATURALEZA POR EL HOMBRE EN: “Los Desterrados”, “El Hombre Muerto”, “El Desierto” y “El Hijo”

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